Vocación de servicio
A lo largo de mi vida he sido educado en que ser servicial es la clave del éxito en cualquier trabajo o negocio. Mis padres, maestros, compañeros, y hoy en día buenos líderes me han repetido esta lección tanto con sus palabras como con sus ejemplos. Y además, soy un firme creyente de dicho principio.
A lo largo de mi carrera académica y profesional he dedicado tiempo y esfuerzo para ayudar a quien lo necesite. En algunas de esas ocasiones al grado de no tener tiempo para mi, o incluso llegaron a afectar un poco de mi “trabajo”. Y yo permitía esto porque encuentro mucho más gratificante y trascendente la ayuda desinteresada a los demás, que un trabajo cuyo propósito es conseguir un reconocimiento o remuneración. Es parte de la lección de servicio que por tantos años me han enseñado.
Sin embargo, debo confesar que se me han presentado muchos retos al aplicar dicha lección. También han habido personas que critican, desvaloran, o incluso rechazan la idea de ser serviciales. Por lo regular estas personas sacan provecho de los demás, y simpatizan con ideas como:
- “primero tú, y luego los demás”,
- “el trabajador más listo es el que hace que trabajen por él”,
- “prefiero un poco de esfuerzo de los demás, que todo mi esfuerzo”.
- y un sinfín más.
A partir de mi propia experiencia en el mundo laboral, también puedo afirmar que el mundo no le facilita la vida al que es servicial: ser servicial es un reto. Incluso en ocasiones parecerá que los aprovechados tienen más éxito que los serviciales. Pero con el tiempo todo se resuelve a favor del más caritativo: nadie quiere tener al lado a un aprovechado, mientras que conocer a un servicial es una bendición para cualquiera.
Una ventaja más de la vocación de servicio es que esta amplía tu red de contactos. Cuando uno activamente busca ser servicial, sale en búsqueda de las necesidades no satisfechas de las personas y organizaciones de su alrededor. Esto ayuda a que se de a conocer, y dar un buen impacto a las personas con las que se tiene contacto.
Así entonces, seamos serviciales. El que actúa con valores forja dentro de sí a una persona valiosa para la sociedad actual. ¡Aprovechemos la oportunidad!
“Sólo una vida vivida por para los otros vale la pena vivirla”- Albert Einstein
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Sin embargo, debo confesar que se me han presentado muchos retos al aplicar dicha lección. También han habido personas que critican, desvaloran, o incluso rechazan la idea de ser serviciales. Por lo regular estas personas sacan provecho de los demás, y simpatizan con ideas como:
- “primero tú, y luego los demás”,
- “el trabajador más listo es el que hace que trabajen por él”,
- “prefiero un poco de esfuerzo de los demás, que todo mi esfuerzo”.
- y un sinfín más.
A partir de mi propia experiencia en el mundo laboral, también puedo afirmar que el mundo no le facilita la vida al que es servicial: ser servicial es un reto. Incluso en ocasiones parecerá que los aprovechados tienen más éxito que los serviciales. Pero con el tiempo todo se resuelve a favor del más caritativo: nadie quiere tener al lado a un aprovechado, mientras que conocer a un servicial es una bendición para cualquiera.
Una ventaja más de la vocación de servicio es que esta amplía tu red de contactos. Cuando uno activamente busca ser servicial, sale en búsqueda de las necesidades no satisfechas de las personas y organizaciones de su alrededor. Esto ayuda a que se de a conocer, y dar un buen impacto a las personas con las que se tiene contacto.
Así entonces, seamos serviciales. El que actúa con valores forja dentro de sí a una persona valiosa para la sociedad actual. ¡Aprovechemos la oportunidad!
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