La conferencia de Patch Adams

Después de algunos minutos de llegar a nuestros lugares, la traductora de Patch Adams (pues la conferencia fue en inglés) lo presentó y este tomó su lugar en el escenario. Tenía un aspecto alegre: vestía sus tradicionales atuendos holgados y coloridos, llevaba una cabellera larga blanca por un lado y azul por el otro. Nos saludó cálidamente en español “buenas tardes” y empezó su plática.

Comenzó por dar una introducción sobre su vida, prosiguió con una breve descripción del sistema de salud que propone; después dio algunos consejos claves para el ejercicio profesional basado en la caridad; y asignó un tiempo para contestar a preguntas de la audiencia.


Breve descripción de su vida

El doctor habló primero sobre su vida de jóven. Mencionó cómo en su juventud temprana era un chico que tendía a deprimirse e incluso llegó a considerar el suicidio. Sin embargo, a los 18 años y después de ser hospitalizado tres veces en un hospital psiquiátrico decidió no pasar un mal día de nuevo en su vida y que quería ser una persona revolucionaria. “Pero no para hacer una revolución violenta, sino que promueva la alegría y la compasión”, aclaró.

“Mi madre fue una persona siempre alegre y radiante”. Describió a su madre como una persona llena de amor y caritativa para con todas las personas. Dijo que la consideraba un ejemplo a seguir y que quiere ser una persona como ella para todos en el mundo. Y agregó además “Nunca la vi triste, o enojada”.

Aclaró que no todo lo que sucede en el filme sobre su vida es verídico. Habló en especial de que nunca tuvo una novia que fuera asesinada durante el ejercicio de sus actividades profesionales. Sin embargo, sí tuvo un amigo que falleció en circunstancias muy parecidas.

Habló también de su vida actual, que básicamente consiste en continuar el ejercicio de su profesión como médico al servicio de sus pacientes. Y a esto ha añadido el dar clases, conferencias y otras presentaciones sobre sus propuestas orientadas al cuidado de la salud. Agregó también que los fondos recaudados por dichas actividades están totalmente dedicadas a aportar a su instituto de salud, Gesundheit.

Hoy día se dedica también a organizar obras de voluntariado en comunidades marginadas donde puedan hacer aportaciones ya sea médicamente o emocionalmente para con la gente nativa a dichas comunidades. Invitó a la audiencia a que se uniera a dichas obras y que la información al respecto está disponible en su página web (www.patchadams.org).

Al terminar su propia presentación, le comentó a la audiencia de que a él le gusta recibir cartas. Hizo énfasis en que responde todas esas cartas personalmente y compartió su dirección postal.

El sistema de salud de Patch

Como antesala a la presentación de su sistema de salud, Patch criticó el que se emplea regularmente en Estados Unidos. Su crítica giró especialmente sobre los intereses económicos que dominan el rumbo de la medicina en dicho país. Dicho sistema considera la salud como un negocio en donde el paciente sale perdiendo: ¿Qué hay de aquellos que no pueden pagar un plan de seguro? La mayoría de estas personas quedan desamparadas de servicios dignos de salud.

La propuesta de Patch consiste en cambiar ese sistema de salud por otro cuya base de funcionamiento sea la compasión y el objetivo sea el bienestar físico y emocional del paciente. Se trata de una propuesta que parte del amor y la caridad como valores centrales del profesionista de la salud. Agregó además que este modelo no pretende generar ganancias económicas para los participantes, sino siempre actuar en beneficio del paciente.

“A veces pago por hacer mi trabajo, ¡y me da gusto poder hacerlo!” dijo Patch para respaldar la naturaleza anti-lucro de su proyecto. Explicó que varios de sus compañeros del Instituto “Gesundheit!”  trabajan de manera externa para financiar los recursos requeridos para su operación. El principio que sustenta estas acciones es la profunda satisfacción de participar y aportar a un proyecto que beneficia a muchas personas con grandes necesidades.

Otro cambio que propone el sistema de salud de Patch respecto al tradicional, es que el médico debe ser una persona inspirada a la entrega propia por el bienestar de los demás. Para ser más claro, se expuso que con los esquemas tradicionales cada médico contempla alrededor de 10 minutos para atender a cada uno de sus pacientes. Para Adams, esto es una medida que desvirtúa el trabajo del médico. Como alternativa, él propone medir el tiempo que se dedica a un paciente en horas.

El tercer aspecto del sistema propuesto consiste en que el médico conviva con los pacientes fuera del ambiente hospitalario. Respaldó este punto con su experiencia, según la cuál concluía que la confianza entre el médico y el paciente se veía altamente favorecida por interactuar con el entorno “natural” o “tradicional” del paciente. Esto impacta en la calidad del diagnóstico porque cuando existe la confianza entre el paciente y el médico, el primero se dispone a brindar toda la información necesaria para que el médico haga su trabajo de forma certera y disminuyendo las probabilidades de error.

Al final de esta sección de su charla habló sobre su actividad física. “Por cierto, ¿saben cómo le hago para mantenerme haciendo ejercicio aún a esta edad? en el instituto nos gusta hacer noches de baile y eso me gusta mucho más que practicar cualquier otro deporte”.

Ejercer la profesión con caridad

En la tercera sección de su conferencia, Patch compartió varios consejos que aunque estuvieran orientados al ejercicio de la medicina, son directamente aplicables para cualquier contra profesión.

La alegría es algo que elegimos tener todos los días”, explicó Patch. “Muy frecuentemente me encuentro con personas que esperan que el mundo conspire para alegrarlos y con mucha frecuencia eso no sucede y se frustran”, dijo antes de resumirlo con la palabra en español “caca”. El remedio que propuso ante tal situación es que hagamos nuestra alegría consciente y que aún en las situaciones adversas irradiemos alegría no sólo para nosotros mismos, sino para los demás también.

Al irradiar alegría, nos convertimos en héroes”. Compartir nuestra alegría con otras personas que no la tienen hace que esta se contagie. “Y eso me parece un acto de heroísmo”, comentó. Y es que cuando una persona está triste, frustrada, enojada, siempre resulta de gran ayuda que otra persona busque alegrarla. “De hoy en adelante pueden ir por la calle, sonriendo, diciéndole a todo mundo: ¡Oye! ¡soy un héroe!”, bromeó para invitar a la audiencia a imitar esta actitud heroica.

En este punto hizo un paréntesis para expresar una dificultad que se vive en la medicina: “como médicos, no todas las veces podemos evitar la muerte de un paciente”. “Pero lo que sí podemos hacer es regalarle unos últimos momentos llenos de alegría y paz”. Y después preguntó a la audiencia “Me gustaría que levantara la mano aquella persona que le gustaría morir alegremente”, y acto seguido todos en el auditorio levantaron la mano. “¿Ya ven? hasta en esos momentos tan difíciles podemos ayudar y ser héroes”.

Vivan su espiritualidad”, recomendó. “El amor es un pilar de la mayoría de las religiones”. Hizo referencia a Jesús, que pasó su vida haciendo el bien a los demás. “¿Qué pasaría si cada uno de nosotros fuera como Jesús?”. “Jesús pasaba un rato con las personas de gran necesidad para dar brillo a sus vidas” continuó para hacer más claro el tinte de su invitación. No se trata siempre de curar al enfermo, sino de alegrar su vida.

“Mi siguiente consejo es: usen su creatividad para salir de apuros”. Patch enfatizó que puede llegar incluso a ser divertido si tomamos los problemas y adversidades como retos a nuestra creatividad. Compartió un ejemplo al respecto:

“Recuerdo bien una vez que me habló una paciente mía a quien yo quería mucho. Ella era una madre soltera con dos hijos que trabajaba como secretaria para financiar la vida de sus hijos y la propia. Me comentó que su jefe inmediato abusaba de ella tocando sus pechos frecuentemente. 
Esto me molestó de manera particular, pues me constaba que el jefe no sólo abusaba de ella por casualidad, sino que sabía de su situación de necesidad y la aprovechaba para retenerla en el trabajo a pesar de su abuso. Al poco tiempo, con ayuda la creatividad llegué a una solución interesante. Conseguiría el número telefónico de sus contactos más allegados como el editor de su revista favorita, el pastor del templo al que asiste, su esposa, los amigos con los que sale el fin de semana, etcétera; para hacerle después una propuesta. 
Y entonces, habiendo conseguido los teléfonos, hablé con el jefe de mi amiga y le dije: Buenos días, habla el doctor Patch Adams. Te comento que estoy enterado de que con frecuencia abusas de mi amiga. Quizá lo sepas, tiene una vida difícil y debe mantener a dos hijos siendo madre soltera. Pensé que sería vergonzoso que estas personas - y leí la lista de contactos que conseguí y sus teléfonos - se enteraran de tus fechorías. Si quisieras evitar que lo haga, te pido que dejes de abusar de mi amiga y que le subas el salario al doble ¿de acuerdo?. 
Y afortunadamente, no pasó mucho tiempo después de que mi paciente me contactó para decirme que ya estaba más tranquila porque su jefe dejó de abusar de ella y le había aumentado el salario. ¡Pero que eficiente solución!”

Resolver los problemas por medio de soluciones evidentes no es siempre posible. Pero utilizando la creatividad forma el puente entre el “¿qué quiero lograr” y el “¿cómo lo puedo conseguir?”.

Decide a qué personas cuidarás y comienza a hacerlo” fue el siguiente consejo. “Ya sea que te ocupes de cuidar a todo tipo de gente, a los de una raza en especial, de alguna religión… a cualquier grupo. Cuidar a la gente en cualquier escala es genial”. Y comentó que no sólo por el evidente beneficio que reciben las personas que cuidamos, sino por beneficio propio. Y para probar esto último recomendó hacer un experimento:

“Por un mes y con fines meramente experimentales, actúa como si nada ni nadie te importara: despierta y quéjate de tu pareja, ponte tu ropa y al bajar las escaleras patea al perro y luego al gato. Al salir a la calle no saludes a nadie y no prestes atención a las oportunidades de ayudar que se te presentan a lo largo del día. Toma nota de cómo tu mente y cuerpo reaccionan a este tipo de actitudes, y recuerda: todo esto con fines experimentales. 
Al siguiente mes invierte todo: actúa tomando en cuenta a todas las personas que puedas. Al levantarte ve a tu pareja que quizá siga dormida, y piensa en lo feliz que eres con ella y lo mucho que se esfuerza por seguir adelante contigo; déjale algún detalle que sea evidencia de tu agradecimiento y sigue tu día. Al bajar las escaleras acaricia al perro, después al gato. Al salir a la calle saluda con una sonrisa a todo mundo y no pierdas las oportunidades de brindarle tu ayuda a quien lo necesite. Al final del día, igual que en el mes anterior, toma nota de tus reacciones durante cada día. 
Al final de estos dos meses, observa cuáles fueron tus reacciones. Y finalmente elige cuál de los dos estilos de vida te gustaría mantener para tu vida.”

“A mi en lo particular me gusta ser amable con todo el mundo… soy adicto a las personas… ¡amo a las personas!” comentó para dejar claro su propósito de brindar alegría a todo tipo de personas.

“No hay evidencia científica que pruebe que la seriedad sea buena para ti. No hay ningún valor agregado en ser apático, indiferente, cruel. Ser egoísta tampoco es bueno”, mencionó Patch para demostrar que no vale la pena mantenerse en seriedad en todo momento. “Sin embargo, hay bastante literatura disponible acerca de los beneficios de disfrutar, amar, tener buen humor, ser considerados…”. Y esto aplica no sólo al mundo de la medicina, sino también en todo ambiente laboral y personal.

Preguntas y respuestas

Al final, Patch formó dos filas en los pasillos del auditorio y comenzó a ceder el micrófono para que los asistentes le hicieran preguntas. Estas preguntas siguieron hasta rebasar los tiempos estimados de la presentación, pero te comparto algunas de ellas.

Una chica que tomó el micrófono le comentó a Patch “fui diagnosticada con depresión y me gustaría saber de ti cómo puedo tratarme”. Y definió su concepto de depresión: “Para mi la depresión no es una enfermedad, sino un síntoma, una reacción del cuerpo y mente a la vida en una situación áspera”. Y continuó con la propuesta de remedio “¿viene alguien contigo? ¿tu novio, esposo, súper-amigo?” e hizo que su esposo pasara a acompañarla: “abrázala y quierela mucho, te necesita”. “El mejor remedio para la depresión es la buena compañía de la gente que nos ama. En mi hospital, cuando una persona está deprimida la tenemos por horas en el hospital y le tratamos con compasión en vez de con medicamentos”.

Otra chica le comentó que ella no es médico, sino ingeniera y que trabaja como supervisora de un equipo de trabajo. Comentó que veía muchas dificultades en su trabajo y que le gustaría mejor dedicarse a viajar con Patch por el mundo ayudando a las personas más necesitadas. Patch le respondió que en otros lados no es diferente a lo que ve aquí. Le recordó que ella puede ser fuente de alegría en el trabajo que ya tiene y ayudar a las personas que padecen necesidades ahí mismo. No es necesario viajar alrededor del mundo para resolver problemas cuando ya de por sí hay en el lugar donde vivimos: ¡y esa es una gran oportunidad!. Al final, Patch le dejó de tarea escribirle una carta con diez historias en las que ella ayudó a la gente que trabaja con ella a tener un día alegre.

Al final, una señora se acercó pero no hizo una pregunta, sino que expresó su agradecimiento: “Actualmente tengo cáncer de páncreas y he sufrido mucho por ello, esta plática ha sido la mejor medicina que he tomado… muchas gracias”. Este comentario le llegó al corazón a Patch, a tal grado que la invitó a pasar con él al estrado para agradecerle personalmente. Acto seguido le dijo que quería contribuir aún más a su proceso y le pidió acostarse en un sillón que había ahí cerca. Luego le pidió a todos los alumnos de medicina que habían asistido al evento que se acercaran y dirigieran sus manos hacia con la participante (llamada Alicia) para después decirle al unísono “¡te queremos Alicia!”. Una gran sonrisa se marcó en el rostro de alicia.

Patch terminó su conferencia con las palabras “¡Los amo a todos, muchas gracias! ¡y amen a los demás!”.


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