5 actitudes frente a los problemas

Todo mundo tiene problemas que resolver y decisiones qué tomar: el presidente, el dueño de un negocio, el estudiante de universidad y el niño que se divierte en casa. Y claro, sus problemas pueden ser muy diferentes: mientras algunos luchan por mejorar la economía del país o hacer buenos negocios, otros simplemente tratan de ser el mejor de la clase o encontrar un juguete perdido.

Existe un método para resolver toda clase de problemas. Básicamente consiste en los siguientes pasos:

  1. Entender la situación.
  2. Identificar la causa raíz.
  3. Desarrollar un plan de acción.
  4. Ejecutar el plan.
  5. Si el problema aún no se resuelve, repetir desde el paso 1.

A su vez, hay diferentes técnicas para llevar a cabo cada uno de esos pasos. En futuras publicaciones daré a conocer algunas de ellas (árboles lógicos, árboles "si/no", diseño de planes de solución, triángulo de hipótesis, entre otros).

Para solucionar problemas de manera efectiva, además de conocer el método, hay que contar con una buena actitud. Y para ilustrar tanto buenas como malas actitudes ante problemas te presentaré cinco clases de personas: rendidas, criticonas, soñadoras, matadas y los verdaderos solucionadores de problemas. ¿Qué clase de persona eres tú?

Los rendidos

Apenas notan que hay un problema y ya se dieron por vencidos. Regularmente no hacen ni el menor intento por resolvero o hasta podrían tener miedo de hacer dicho intento. A veces, incluso llegan hacer responsables a los demás de su problema. Esta clase de personas se expresa con frases como:
  • "Jamás podré hacer eso. Simplemente no fui hech@ para ello."
  • "Creo que no lo intentaré... ¿qué pasará si fracaso? ¡todo mundo se burlará de mi!"
  • "Mis papás tienen la culpa. La sociedad también. ¡Y tú! ¡tú tambien tienes la culpa!"
  • "Al parecer... nadie me entiende. A nadie le importo. A nadie le interesa ayudarme."
Si tan solo se dieran la oportunidad de actuar, estas personas descubrirían que el fracaso puede ser sólo un paso más hacia el éxito.

Los criticones

También conocidos como "aguafiestas" o "pesimistas", esta clase de personas se dedica a resaltar los defectos y desventajas de cada propuesta que hay para resolver el problema en cuestión. Y en cuanto algo sale mal son los primeros en decir "¡te dije!".

Las personas con esta actitud regularmente se expresan con frases como:
  • "OK, eso definitivamente no sirve: ¡qué idea tan tonta!"
  • "¡Ya te había dicho que eso no funcionaría! ¡Todo es tu culpa!"
  • "¡Venga, ya te dije qué es lo que tienes que hacer! ¿Porqué simplemente no lo haces?"
Detrás de una personalidad como esa puede esconderse la ignorancia de lo poco que ayudan sus comentarios, o el miedo a hacerse responsables de la situación. En cualquier caso criticar las ideas de los demás siempre será fácil; pero la satisfacción verdadera se logra cuando hacemos que las cosas sucedan.

Los soñadores

Estas personas se la viven en las nubes. Son personas que llegan a tener muchas ideas pero que nunca las concretan. Y por lo tanto, nunca descubrirán si sus ideas son buenas o malas, fáciles o difíciles. Suele molestarles que las otras personas les confronten sus ideas, aunque sea con fines constructivos. Podemos identificar a estas personas porque se expresan con frases como:
  • "¡Me encantaría viajar por todo el mundo!"
  • "Al menos una vez en mi vida voy a correr un maratón"
  • "¿No estaría genial poner nuestro propio negocio?"
  • "¡Oye amigo, soy una persona de grandes ideas! ¡No me molestes con 'detallitos'!"
Y al igual que los rendidos, tienen mucho que descubrir detrás de su primer intento.

Los matados

Para ellos nada es imposible, y encuanto notan que hay un problema se ponen en acción. Y aunque esta actitud suene ejemplar hay una cosa que no debemos imitar de ellos: no piensan antes de actuar. Y como quizá ya sepas, detenerse un momento a pensar un plan puede llegar a ser tan importante como tomar acción. ¿Y porqué? Porque a la hora de pensar se puede hacer una estrategia que resuelva el problema de forma más eficiente (menos esfuerzo, mayor beneficio).

Algunas frases que escucharás regularmente de estas personas son:
  • "¡Jamás debo rendirme! ¡Esto tiene que resolverse a como dé lugar!"
  • "Aún no lo he logrado... seguramente es porque no me he esforzado lo suficiente."
  • "Sé que las cosas mejorarán si tan sólo le hecho más ganas"
  • "¿Para qué planear? ¡Es una pérdida de tiempo! ¡Manos a la obra!"

Los solucionadores de problemas

Ellos también tienen una actitud proactiva, pero a diferencia de los matados ellos sí se detienen a pensar antes de actuar. Entienden el problema y se hacen metas específicas. Son personas que buscan la solución al problema basada en la causa raíz que hayan podido identificar. Una vez que encuentran un buen candidato a la solución, hacen planes, los ejecutan y hacen los cambios que vayan siendo necesarios mientras monitorean su progreso. Al final, siempre sacan una lección valiosa de sus resultados sean o no satisfactorios.

Estas personas se expresan con frases como:
  • "¡OK! ¡Lograré esto en menos de tres meses!"
  • "Bien, tenemos un problema. Pero más que preocuparnos por eso veamos qué podemos hacer al respecto."
  • "¿Y qué será aquello que está causando el problema?"
  • "Para resolverlo necesitaré hacer X, Y y Z. ¡Intentémoslo!"
  • "¿Cómo nos fue? ¿Qué salió mal? ¿Qué podemos hacer para que salga mejor la próxima vez?"


La resolución de problemas no es un talento, sino un hábito que todo mundo puede formar. Y se forma poniendo en práctica el método y siempre portando la actitud de un solucionador de problemas.

Fuente: Problem Solving 101: A simple book for smart people.

Comentarios

Unknown ha dicho que…
Me parece muy interesante, creó que hay que iniciar la actitud del solucionador, poco a poco buscar hacer el hábito de llevar el método, creó que uno en uno. Gracias, estaré al pendiente de las siguientes publicación��

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