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Hace no mucho tiempo leí un libro sobre "conversaciones cruciales" , y acto seguido fui al curso que ofrecen los autores del libro. Recomiendo ampliamente ya sea leer el libro o asistir al curso, porque proveen herramientas que utilizo muy seguido (varias veces al día). En el libro se definen las conversaciones cruciales como aquellas charlas en las que hay tres factores: - Emociones fuertes (tensión, enojo, tristeza, incomodidad, etcétera ...), - opiniones opuestas (desacuerdos, malentendidos, preferencias, etcétera ...), y - que hay mucho en juego (integridad personal, empleo, familia, amistad, etcétera...). Hace un par de años solía pensar que era mejor evadir las conversaciones cruciales y las confundía con discusiones sin sentido. Pero la verdad es todo lo contrario: son indispensables. En muchas ocasiones, tener una conversación crucial es necesario para alcanzar una meta, lograr un negocio, o salvar una amistad, entre otros buenos propósitos. Y de hecho, las co...

El día de hoy quiero presentarles a mi papá, Ricardo Alejos Vizcarra. Es una persona con criterios basados en valores auténticos y apasionada por el servicio a los demás. El bienestar de las personas con las que convive es su mayor prioridad. Un buen cristiano, y buen ciudadano. Su vida dedicada al servicio tiene tres ejes principales: su familia (de la cuál me siento orgulloso de pertenecer), su profesión, y Dios. Su familia nuclear la conformamos: mi mamá (Rosa Jiménez), mis dos hermanos (Ángel y Enrique), y yo. Mi papá procura siempre conceder los medios para que todos salgamos adelante. Con sólo mencionar que mi mamá repite frecuentemente lo afortunada que se siente de estar a su lado hace evidente lo bien que se desempeñan juntos como esposos, mejores amigos, y compañeros de vida. Yo puedo constatar como hijo que también me siento muy afortunado de estar con él. Con la madurez que me ha ayudado a conseguir y que ha venido con el tiempo, ahora veo lo mucho que me ha dado y m...

Yo en mi trabajo y en mi casa tengo un escritorio y tres cajones. Son mis aliados para ser productivo y ordenado. Te comparto algunos criterios para utilizarlos eficazmente. El escritorio En el escritorio pongo todo lo que utilizo para la tarea que estoy  haciendo. Tener lo que necesito a la mano evita que use mi tiempo en buscarlo. Al final, soy más productivo porque me puedo concentrar en lo que hago. No todo mundo tiene un escritorio. Pero siempre hay un buen sustituto, por ejemplo: la mesa de la cocina, la butaca del salón, la estación del laboratorio, etcétera. En general, los lugares donde puedo sentarme y tengan una superficie para poner material me sirven igual que un escritorio. Para evitar distracciones, quito del escritorio todo lo que no necesito en ese momento. Muchas de esas cosas terminan encima de la cajonera. Ya después le pondré atención en clasificarlas o desecharlas. La cajonera Encima de los cajones pongo todo lo que falta por ordenar. C...

Me gusta guardar las cartas. En ellas puedo contemplar la esencia de las personas que las escriben, aún cuando no están conmigo. Desde que salieron los celulares inteligentes, mucha gente dejó de escribir cartas (o al menos dejaron de llegarme en su mayor parte). La mayoría escribe mensajes en WhatsApp, un renglón en Facebook o una frase en Twitter. Y la tendencia no solo ha afectado la escritura, también la lectura. Las personas prefieren textos cortos. Prefieren textos en los que sea fácil encontrar lo que buscan. Sin despreciar el valor que tienen cada una de esas formas de expresión me gustaría recordar el valor que tienen las cartas. Lo más importante en una carta es lo que tienen escrito y quién las escribe. Existen muchas formas de escribir cartas: algunos utilizan papel, otros la computadora; algunos les ponen letras de colores y otros las perfuman. Pero después de todo, todas las cartas tienen contenido y autor. Cuando estaba en la preparatoria, mi maestra d...